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:·:·:·:·:·:·:·:·: :·:·:·¿Cuál de todas tus personalidades prevalece cuando estás en soledad?:·:·:·:·:·: :·:·:·:·:·:·:·:·:
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9.29.2007

¡Oh Sara!

como una señorita

colección ¡Oh Sara!
poema: Valeria Iglesias
ilustración: Gonzalo Piedra Gómez

llegar puntual
tocar la campana
sentarse acampanadamente a la mesa
entre volados y puntillas
decir “por favor”
decir “muchas gracias”
pedir permiso
tomar el té
sin enroscar los dedos
que se posan gentiles
en el asa de porcelana
no hablar con la boca llena,
de ser posible, no llenarse la boca
sacarle las frutas al budín inglés
hacer migas
desparramarlas
distraídamente
sobre el mantel

9.16.2007

AT RANDOM - primera versión

Entre otras cosas











I.
Javier, la excusa ver la película. O la película, la excusa invitar a Javier. O Javier supo preparar bien la excusa para venir a casa y ver la película. O yo había dicho que tenía esa película porque sabía que Javier querría venir a casa. ¿Acaso importa? Si está la película, está Javier y estoy yo y necesitamos hacer un combo con estos ingredientes. Resolver cierta tensión, cierta atracción, cierto deseo de encontrar un lugar en donde todo fluya. Como esos sueños en los que se busca sin éxito y sin renuncia la consumación de un ardor constante. Ardor de Javier cuando lo imagino, sola y de noche, viendo cualquier otra película, sentado a mi lado.


II.
Si es obvio que el tipo está muerto con vos, había dicho mi amiga Lore. ¿Muerto? Tieso en el extremo opuesto del sillón me contagia el miedo al contacto. Se me acalambran las piernas por estar atenta a no rozarlo y no puedo atender mucho la película porque estoy perdida en mi visión periférica. Este Javier a mi lado no se parece en nada al Javier que quema cuando lo pienso.


III.
Ahora que cambia la escena. Bueno, cuando cambie la próxima. ¡Antes de los títulos, por favor! No, no me va a salir con naturalidad. No puedo ser natural. Esto no es natural. Agarro y me descalzo y levanto las piernas sobre el sillón. Los dedos desnudos de mis pies tocan el jean áspero a la altura de su muslo. Hay un instante de sorpresa, casi de instintiva retirada. Un suspiro. Diez minutos y su mano acaricia, torpe, mi empeine.


IV.
Él (la mano en mi pie): Al final, no estaba tan buena la peli.

Yo (aguantándome de no atropellar el silencio con idioteces) A mí me gustó la primera vez que la vi.

Él (la mano en mi pie) No, bueno, tampoco es mala, yo digo que…

Yo (desplazando mi pie más arriba del muslo, peligrosamente) A lo mejor tenías muchas expectativas.

Él (controlando la sorpresa) Uno siempre tiene expectativas, ¿no?

Yo (evitando bajar la mirada aunque no se me ocurre qué decir)

Él (sacando el atrevimiento de quién sabe dónde, agarrando mi pie con las dos manos, apretándolo contra su erección) ¿Vos tenés expectativas?

Yo (no vale preguntar de qué porque es obvio, sonriendo nerviosa) ¿Quién no?

Él (cerrando los ojos, echando la cabeza hacia atrás, frotándose suavemente con mi pie) Esto es absurdo.

Yo (esperando que abra los ojos)

Yo, esperando que no los abra después de todo, me inclino hacia él y lo beso. Y nos besamos.


V.
Durante todo un mes nos gusta recordar la escena como si habláramos de dos que no éramos nosotros. Nuestra torpeza, una cosa graciosa. Yo conozco una chica zarpadísima que me invitó a ver una película y se me tiró encima. Yo conozco un chico muy tímido que hizo lo imposible por conseguirse una cita en mi casa para ver una película y después me dejó sola haciendo todo el trabajo.


VI.
Durante el primer año, la intimidad se despliega. En los años que siguen, la intimidad funciona sin fricciones, casi en automático.


VII.
Un buen día, ambos nos olvidamos por completo de la película, entre otras cosas.*

* dedicado al autor de esta frase, porque fue la frase la que disparó la historia.


9.12.2007

DOS CARAS DE LA MISMA SUDESTADA

frenesí
¿Hasta cuándo tengo que seguirte, nena? Me quedo sin aliento corriéndote detrás. No sé si por alcanzarte o por la curiosidad de ver a dónde me querés conducir. Siempre siempre el chantaje emocional de arrojarme en medio de recuerdos que parten de una escenografía familiar. ¿Esa playa ese verano? ¿Pero por qué, entonces, este desierto? Jadeándome quedo escondida entre las tuyas para espiarte, maldita seas, con esa carita de nada, con ese estatismo que te caracteriza y que hasta parece negar que hace un rato me tenías, banderita al viento, frenética persiguiéndote. La procesión va por dentro.

melancolía
Once and again. Otra vez la misma yo en este rincón desolado. Mi parte más frágil de porcelana. Áspera, quebradiza. No me elegirías de compañía, digo. Andate, andate, me contesto, no me dejes sola. Complot innecesario. Vacaciones de mí. Esa playa ese verano y todo este desierto donde ya limpiaron todo sobrante y rastrillaron la arena. Y lo mire como lo mire, estoy ausente de mí y siempre a mi lado.

9.10.2007

recuerdos

Roxe
Técnica mixta sobre tela

Paula Pogranizky


no funcionan como sueño
las rosas que disecaste
aplastadas entre páginas
de la enciclopedia británica


ahora un secreto
porque hay actos íntimos que se dicen
con convicción


y otros se ocultan


anahí decía que le gustaba pensarte y tocarse
sin pudor lo confesaba
y por eso todos la deseaban


pero guardar esas flores
no lo vas a decir
daría cursi como si
las cursis no pensaran ni se tocaran


olvidás los pétalos
morados grises dejan la marca
sobre alguna biografía intrascendente



llega un día en que vuelve a tu casa
la casa que compartían
y a la que todavía se refiere como casa


9.06.2007

Pequeñas Maravillas (cita)

Dos veces vimos pájaros muertos en la orilla y nos detuvimos a ver los cadáveres destruidos por el agua, los ojos llenos de pequeños insectos negros.
-- Lo que es hermoso se lo llevan --dijo mi madre--. Mi abuela decía eso.

Lo que se llevan, de Autoayuda

Sobre Lorrie Moore
El epígrafe de hoy

9.01.2007

MYSTERIES OF LOVE


Los bajos del piano sostienen a veces, muchas veces, casi siempre un susurro de fondo que desoímos, como si lo importante siempre fuera esa otra cosa que estamos haciendo porque somos responsables y no unos tontos pendejos que se dejan llevar por un viento que sopla.

Nunca imaginar melodías que llegan para rescatarnos de lo automático. Del despertador que suena otra vez y hoy que tiene que ser un gran día casi parece terminar con la mano en el despertador que lo acomoda para el día siguiente y así y así. Y vos y yo creando un instante antes de dormir, creyendo real un deseo que, en un documental vimos, no son más que hormonas y trasformaciones químicas en el cuerpo.

No sé si hasta no hay violines cuando recuerdo la última vez que flotamos dentro de un no tiempo. Hasta me cuestiono si existió tal momento. A lo mejor solamente estoy tan aburrida últimamente, por eso me doy a construir hacia atrás un encuentro de enamorados que, en otro contexto y con otro hombre podría ser una encamada más.

Pero la vida real no tiene otra banda de sonido que la que va tocando en suerte. ¿Qué música había en el hotel en el que nos encontramos por primera vez y nos besamos ad infinitum? Y hacia el final ¿qué instrumento anticipó este derrumbe que me dejó inmersa en una oscuridad desesperada?

Es locura, sencilla y llanamente locura pensar en que estamos conectados y los misterios del amor disponibles quedan sin revelarse, no se vuelven claros porque ni siquiera tenemos el coraje de decir que daríamos todo por estar en ese universo paralelo en el que nuestros deseos se consuman. Y bailan iluminados. En vos, en mí y muestran que somos el Amor.

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Mysteries of Love

sometimes
a wind blows
and you and I
float
in love
and kiss forever
in a darkness
and the mysteries of love
come clear
and dance
in light
in you
in me
and show
that we
are Love

lyrics by David Linch

Mysteries of Love, by Antony and the Johnsons