Los bajos del piano sostienen a veces, muchas veces, casi siempre un susurro de fondo que desoímos, como si lo importante siempre fuera esa otra cosa que estamos haciendo porque somos responsables y no unos tontos pendejos que se dejan llevar por un viento que sopla.
Nunca imaginar melodías que llegan para rescatarnos de lo automático. Del despertador que suena otra vez y hoy que tiene que ser un gran día casi parece terminar con la mano en el despertador que lo acomoda para el día siguiente y así y así. Y vos y yo creando un instante antes de dormir, creyendo real un deseo que, en un documental vimos, no son más que hormonas y trasformaciones químicas en el cuerpo.
No sé si hasta no hay violines cuando recuerdo la última vez que flotamos dentro de un no tiempo. Hasta me cuestiono si existió tal momento. A lo mejor solamente estoy tan aburrida últimamente, por eso me doy a construir hacia atrás un encuentro de enamorados que, en otro contexto y con otro hombre podría ser una encamada más.
Pero la vida real no tiene otra banda de sonido que la que va tocando en suerte. ¿Qué música había en el hotel en el que nos encontramos por primera vez y nos besamos ad infinitum? Y hacia el final ¿qué instrumento anticipó este derrumbe que me dejó inmersa en una oscuridad desesperada?
Es locura, sencilla y llanamente locura pensar en que estamos conectados y los misterios del amor disponibles quedan sin revelarse, no se vuelven claros porque ni siquiera tenemos el coraje de decir que daríamos todo por estar en ese universo paralelo en el que nuestros deseos se consuman. Y bailan iluminados. En vos, en mí y muestran que somos el Amor.
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Mysteries of Love
sometimes
a wind blows
and you and I
float
in love
and kiss forever
in a darkness
and the mysteries of love
come clear
and dance
in light
in you
in me
and show
that we
are Love
lyrics by David Linch
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