frenesí
¿Hasta cuándo tengo que seguirte, nena? Me quedo sin aliento corriéndote detrás. No sé si por alcanzarte o por la curiosidad de ver a dónde me querés conducir. Siempre siempre el chantaje emocional de arrojarme en medio de recuerdos que parten de una escenografía familiar. ¿Esa playa ese verano? ¿Pero por qué, entonces, este desierto? Jadeándome quedo escondida entre las tuyas para espiarte, maldita seas, con esa carita de nada, con ese estatismo que te caracteriza y que hasta parece negar que hace un rato me tenías, banderita al viento, frenética persiguiéndote. La procesión va por dentro.
melancolía
Once and again. Otra vez la misma yo en este rincón desolado. Mi parte más frágil de porcelana. Áspera, quebradiza. No me elegirías de compañía, digo. Andate, andate, me contesto, no me dejes sola. Complot innecesario. Vacaciones de mí. Esa playa ese verano y todo este desierto donde ya limpiaron todo sobrante y rastrillaron la arena. Y lo mire como lo mire, estoy ausente de mí y siempre a mi lado.
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