Children of Men (2006) (según la ve Ramiro de Abecedarios)
Parece que se vino la Segunda Revolución Mexicana mediática después del Chavo y el Chapulín Colorado. Ahora los directores de cine de ese país están de moda. Claro que a los argentinos eso nos llena de envidia. Ellos tan cerca geográficamente de Hollywood y nosotros en el culo del mundo. Igual que España, que está metido en Europa cuando nosotros lo merecemos largamente mucho más que ellos.
Pero me fui de tema.
Del mismo director de Y Tu mamá también llega ahora (ya parezco un locutor de radio) la película Children of Men. Al igual que su compatriota director de Babel, de apellido impronunciable (que tendría que formar un club con Rene “comosellame”), viene con mayor presupuesto y actores internacionales. Claro, ¡y que los latinos revienten! ¿no?
Aparecen Clive Owen, Julianne Moore, Michael Caine. Digamos que el mexicano debió estar chocho.
Cuando juntó a esos actores de grueso calibre (bueno, OK, tampoco exageremos) dijo “¡uy! ¡todavía no tengo la película!” y se puso a buscar ideas por todos lados. Encontró una libretita en la que anota ideas sueltas en su mesita de luz. A veces en medio de la noche se despierta y anota un sueño medio fantasioso que tuvo (usa un marcador fluorescente para poder ver en la oscuridad lo que escribe). Se puso a hojearla. Apareció una idea piola: Un mundo futurista caótico en el cual no nace más gente y existe un chico que es “La Persona Más Joven del Mundo”. La idea es buena porque el concepto de LPMJDM es algo imposible en el mundo de hoy en día. No debe haber título más efímero y absurdo (guiño guiño) en este planeta en el que cada treinta milisegundos nace un chico (que casi seguro es chino).
El mexicano Cuarón dijo: ¡eureka! Y se puso a trabajar en la película basándose en esa idea genial. Ideas como esa son las que nos obligan a decir “¡Genio!”.
Pero claro, con tanto reportaje, tanta estrella reclutada (seguimos inflando egos gratis) y tanto efecto visual para que todo parezca polvoriento y semiapocalíptico, ¿a quién le queda tiempo para pensar en más ideas? ¿quién puede sentarse a pensar un argumento grosso que sustente ese pensamiento durante una hora y cuarenta y cuatro minutos? Lo mejor que pintó en una tarde de fumata fue que aparezca una mina embarazada entre todo el kilombo, y... ver qué onda con eso.
Claro que nunca le terminaron de encontrar la vuelta y siguieron filmando escena tras escena mientras trataban de leer blogs de guionistas sin trabajo o ver dibujitos animados para tratar de inspirarse y darle una vuelta más de tuerca.
Pero no... el tiempo se agotó y el presupuesto también. Hubo que cerrar la peli porque Julianne tenía un compromiso previamente establecido para filmar con Tom Hanks y no pudo quedarse más tiempo. Clive Owen ya no daba más por irse al set de filmación con la bella Mónica Belucci, y bueno... así es la vida en el cine: nada es del todo cierto.
La sensación de vacío nos queda a todos de principio a fin. A todos menos al director mexicano que seguramente ahora está dándose baños de inmersión con el mejor Tequila de todo México. O quizás sea como la canción de León Gieco que decía “y ese señor del auto ya no viene por Corrientes, porque dice que es suficiente el dinero que ganoooooooooo”.
***Nota para Freaks***: Me tranquiliza que en el 2027 todavía se escuchen temas como Ruby Tuesday de los Stones.
* Nuestro colaborador, Ramiro, me mandó como 4 reseñas más, pero ando atrasada + rotando secciones. Sepan disculpar las molestias ocasionadas...