PASTELAZO - Stranger than Fiction

Stranger Than Fiction
según la ve Ramiro de Abecedarios

Alguna vez me tendré que sentar a escribir una lista de todas las películas que conozco sobre escritores. Es casi increíble. No voy a empezar ahora porque seguro no me voy a acordar, pero en los últimos años inundaron las salas.

Esta es una más. Bueno... al decir una más puede que suene despectivo, pero no es esa la intención.

La trama arranca con una idea que pensé que era genial, y después uno se da cuenta de que la película va en otro sentido. Una lástima. Quizás me ponga a filmar una película yo con esa idea abandonada.

La cosa es que un personaje bien de película llamado Harold Creek (el comodín del cine Will Ferrer que uno cree haber visto hasta en la cola del súper y ni siquiera sabe su nombre) empieza a percibir que alguien relata su vida como si estuviese escribiendo un libro. Escucha la voz real de la escritora describiendo cosas como “Harold se cepillaba 45 veces los dientes cada mañana”.

Digamos para empezar que todos tuvimos alguna vez la fantasía que nos están filmando para hacer una película sobre nuestra vida. Aceptemos que en la soledad de nuestra intimidad hacemos hasta morisquetas a una cámara inexistente. Bueno, ahora que nos sinceramos, les cuento que Harold lejos de ponerse contento, demuestra cero cholulaje y se preocupa. Es que es muy obsesivo.

Lo interesante de todo esto –y aquí la idea que pensé que era pero no fue- es que no escucha las 24 horas la voz de la escritora –Emma Thompson- sino de a ratos. Entonces uno puede ver qué es lo que hace el personaje del libro cuando el foco de la historia no pasa por sí mismo. Es decir... tomen un libro al azar y lean: verán que se habla de un protagonista que –por dar un ejemplo- maneja un auto a toda velocidad para llegar a visitar por la tarde a su novia que vive en la otra punta de la ciudad; antes de eso nos contaban que toda la mañana la novia había estado preparando panqueques; y finalmente nos describen con lujo de detalles el ansiado encuentro. Pero nadie sabe qué es lo que estaba haciendo la novia mientras el protagonista viajaba a 120 kilómetros por hora. Nadie puede escribir un libro que sea el relato completo en tiempo real de todos los acontecimientos que ocupan la vida de todos los protagonistas. Algo así como el backstage de los personajes. O las Deleted Scenes que solemos ver en las extra features de los DVD. Y si la novia estaba acostándose con el verdulero, ¿quién te lo cuenta? ¡Nadie! Entonces me empecé a entusiasmar. Era una oportunidad única. Pero no. Después la trama se lleva a lugares un poco más comunes y predecibles sin evitar con esto que la película se pueda disfrutar. Eso sí, colaboran muchísimo las actuaciones de Dustin Hoffman (¡muy capo!) como un profesor de literatura que ayuda a Harold a tratar de entender su problema, Maggie Gyllenhaal (¡que apellido mamita! Tiembla Renee Zel..etc) que adelgazó unos quinientos kilos desde la película “Secretary” y la ya nombrada Emma Thompson en el papel de la escritora, bien loca, como a uno le gusta verla.

Lo único que les pido, por el amor de Dios, es que no se pongan a pensar en universos paralelos, ni en quién es real y quién no, o si viaja en el tiempo ni nada de eso como en películas como Volver al Futuro o Donnie Darko. Relájense y gocen. Yo invito.

***Nota para Freaks*** Cuando le preguntan a Harold cuánto es 67 por 453, y contesta mal (estaba alterado con lo que le estaba pasando) y luego se corrige, en realidad había dado la respuesta correcta en primera instancia y luego la embarró.