Para comenzar, la independencia. El primer paso. Un gran paso. Independencia: la diferencia entre poder caminar solos o todavía depender de un adulto para trasladarnos aquí o allá. La independencia: un memorable paso inaugural lleno de posibilidades. Lleno de “lo que puede ser, lo que puede suceder a partir de ahora”.
Para comenzar, la independencia un 9 de julio de 1816. Un hecho que estudiamos en los libros de historia con ilustraciones de personas que se nos hacen personajes de cuentos, parecidos a los que leemos en clases de lengua. Pero ellos son personas que existieron, no personajes de una ficción. Imaginemos, si no, a nuestros nietos y bisnietos leyendo acerca de la crisis del campo en sus manuales y viendo fotos de Cristina Kichner, solo por dar un ejemplo bien actual.
Para comenzar, la independencia declarada en la Casa de Tucumán, que aún siendo el anhelo de todos, fue el comienzo de un largo y arduo trabajo de construcción nacional en el que no faltaron enfrentamientos y desacuerdos. Donde cada opinión volcada, cada decisión tomada fue marcando el rumbo hasta hacernos ser quienes somos hoy.
Para comenzar, la independencia con esos próceres lejanos y responsables. Que concretaron por fin un objetivo que había empezado a tomar forma con la Revolución de mayo, seis años antes.
Cada hecho histórico es, entonces el fin de algo pero el comienzo de otra cosa. La independencia fue el desligamiento definitivo de la corona española, pero el comienzo de un proceso que todavía se está haciendo.
Cada día estamos construyendo historia, construyendo independencia. Estudiando en la escuela estamos ganando herramientas para conquistar ideas y pensamientos independientes. Solamente siendo individuos libres e independientes vamos a poder seguir dando nuestro aporte para que crezcamos en la grandeza que aquellos hombres que se congregaron en Tucumán el 9 de julio de 1816 planearon para nosotros.
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