"Walter era elegante pero torpe"
Armar un personaje a partir de dos ideas en apariencia incompatibles suele funcionar muy bien. A mí me hace acordar mucho a cuando jugaba con un kit de química que mi papá me había regalado para un cumpleaños. Lo divertido era probar: ¿qué pasa si mezclo esto con aquello? El secreto estaba en qué cosas valía la pena mezclar. Mi papá era ingeniero químico y me enseñaba las combinaciones más divertidas, un día hicimos algo con el azufre que olía a pedo. Era, me dijo, lo que ponían dentro de esas bombitas de mal olor que él tanto había usado para hacer chistes en la secundaria.
Entonces, ¿qué pasa si Walter es elegante pero torpe? Si tenemos que escribir sobre él, no bastan estas dos características, porque todavía caben más preguntas: ¿cuán elegante?, ¿qué tipo de elegancia?, y también, ¿qué hay acerca de la torpeza?
"Se había convertido en un hombre joven y formal, con buen aspecto, ropa que mostraba la influencia de una universidad del Este y el pelo marrón y prolijo, que empezab a ralear arriba. Años de buena salud lo habían vuelto menos flaco y aunque aún tenía problemas con su coordinación, hoy sólo se ponía de manifiesto en cosas menores, como en cierta falta de habilidad para coordinar el sombrero, la billetera, las entradas del teatro y el cambio sin que su esposa tuviera que detenerse para esperarlo, o en la tendencia a empujar con fuerza las puertas que decían tire."*
Es como si "elegante pero torpe" fuese apenas un hueso, el hueso de un esqueleto, que se cubre de carne cuando vemos la elegancia y la torpeza en datos concretos. Algo similar sucede si pensamos en este otro hueso:
"Walter estaba nervioso porque sabía que lo iban a despedir de su trabajo".
¿Cómo se traducen esos nervios a nivel corporal o actitudinal? ¿cómo se da cuenta de que lo van a echar del trabajo? Y siempre teniendo en cuenta, cuando sea necesario, que Walter es torpe pero elegante:
"Por lo menos parecía el retrato de la cordura y la competencia, mientras estaba ahí sentado, en la oficina. Nadie podría haber dicho que el frío sudor de la ansiedad se colaba debajo de su camisa, o que los dedos de su mano izquierda, ocultos en el bolsillo, rompían y molían lentamente un sobre de fósforos convirtiéndolos en una pasta húmeda de cartón. Se lo veía venir desde hacía semanas y a la mañana, desde el minuto en que bajó del ascensor, había sentido que éste era el día en que iba a suceder. Cuando algunos de sus superiores dijeron "buenos días, Walt", había visto un tenue indicio de preocupación detrás de sus sonrisas. Una vez, a la tarde, al levantar la vista por encima de la entrada del cubículo en el que trababa, pescó el ojo de George Crowell, el gerente departamental, que vacilaba en la puerta de su oficina privada con unos papeles en la mano. Crowell se apartó rápidamente pero Walter supo que había estado mirándolo, preocupado aunque decidido."*
*Él se lo buscó es un cuento de Richard Yates en Once tipos de soledad, Emecé Lingua Franca.
Armar un personaje a partir de dos ideas en apariencia incompatibles suele funcionar muy bien. A mí me hace acordar mucho a cuando jugaba con un kit de química que mi papá me había regalado para un cumpleaños. Lo divertido era probar: ¿qué pasa si mezclo esto con aquello? El secreto estaba en qué cosas valía la pena mezclar. Mi papá era ingeniero químico y me enseñaba las combinaciones más divertidas, un día hicimos algo con el azufre que olía a pedo. Era, me dijo, lo que ponían dentro de esas bombitas de mal olor que él tanto había usado para hacer chistes en la secundaria.
Entonces, ¿qué pasa si Walter es elegante pero torpe? Si tenemos que escribir sobre él, no bastan estas dos características, porque todavía caben más preguntas: ¿cuán elegante?, ¿qué tipo de elegancia?, y también, ¿qué hay acerca de la torpeza?
"Se había convertido en un hombre joven y formal, con buen aspecto, ropa que mostraba la influencia de una universidad del Este y el pelo marrón y prolijo, que empezab a ralear arriba. Años de buena salud lo habían vuelto menos flaco y aunque aún tenía problemas con su coordinación, hoy sólo se ponía de manifiesto en cosas menores, como en cierta falta de habilidad para coordinar el sombrero, la billetera, las entradas del teatro y el cambio sin que su esposa tuviera que detenerse para esperarlo, o en la tendencia a empujar con fuerza las puertas que decían tire."*
Es como si "elegante pero torpe" fuese apenas un hueso, el hueso de un esqueleto, que se cubre de carne cuando vemos la elegancia y la torpeza en datos concretos. Algo similar sucede si pensamos en este otro hueso:
"Walter estaba nervioso porque sabía que lo iban a despedir de su trabajo".
¿Cómo se traducen esos nervios a nivel corporal o actitudinal? ¿cómo se da cuenta de que lo van a echar del trabajo? Y siempre teniendo en cuenta, cuando sea necesario, que Walter es torpe pero elegante:
"Por lo menos parecía el retrato de la cordura y la competencia, mientras estaba ahí sentado, en la oficina. Nadie podría haber dicho que el frío sudor de la ansiedad se colaba debajo de su camisa, o que los dedos de su mano izquierda, ocultos en el bolsillo, rompían y molían lentamente un sobre de fósforos convirtiéndolos en una pasta húmeda de cartón. Se lo veía venir desde hacía semanas y a la mañana, desde el minuto en que bajó del ascensor, había sentido que éste era el día en que iba a suceder. Cuando algunos de sus superiores dijeron "buenos días, Walt", había visto un tenue indicio de preocupación detrás de sus sonrisas. Una vez, a la tarde, al levantar la vista por encima de la entrada del cubículo en el que trababa, pescó el ojo de George Crowell, el gerente departamental, que vacilaba en la puerta de su oficina privada con unos papeles en la mano. Crowell se apartó rápidamente pero Walter supo que había estado mirándolo, preocupado aunque decidido."*
*Él se lo buscó es un cuento de Richard Yates en Once tipos de soledad, Emecé Lingua Franca.
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